23 S | DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA EXPLOTACIÓN SEXUAL Y LA TRATA DE PERSONAS
#nolonormalices
Las redes están repletas de perfiles cuyo objetivo es la prostitución, que están ahí con un objetivo: captarte como cliente.
Todo empezará como una conversación normal: un mensaje directo, un me gusta, un piropo o un ¿qué haces? Normalmente serás tú quien tome la iniciativa.
La conversación se calentará, querrás quedar físicamente y terminarán por decirte que sí. A cambio de dinero.
Mediante este sistema, el colectivo que más ha crecido entre los usuarios de prostitución es el de los hombres de 18 a 25 años. ¿Eres uno de ellos?

PAGAR POR SEXO ES UN ACTO DE VIOLENCIA
El sexo es una forma natural de relacionarse. En un contexto de respeto y dignidad, las relaciones sexuales son libres y consentidas. Cuando el consentimiento se da a cambio de dinero, el sexo se desvirtúa, y se convierte en una forma de violencia que ya no es natural, sino social. Lo llamamos prostitución.
SI ENTABLAS UNA RELACIÓN A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES Y TE PIDEN DINERO A CAMBIO DE PRACTICAR SEXO, RECUERDA: NO ES UNA CITA, ES PROSTITUCIÓN.

CUANDO PAGAS POR SEXO, ERES CÓMPLICE
Te harán insinuaciones. Te dirán que te encuentran atractivo y les excitas: es tan solo una estrategia comercial.
Las personas, hombres o mujeres, que se ofrecen sexualmente a cambio de dinero, casi siempre son víctimas de redes de tráfico y explotación. Mediante comportamientos mafiosos que incluyen deudas, amenazas y violencia física, los proxenetas les engañan mediante promesas de empleo y oportunidades, y después las obligan a prostituirse.
Al pagar por el sexo, te conviertes en su cómplice.
Y a veces es cierto: detrás de la persona que se prostituye no hay un proxeneta sino, simplemente, la necesidad. En estos casos, piénsalo: no hay excitación, solo explotación. Y el explotador eres tú.

EL SEXO PAGADO ES FALSO, ES DENIGRANTE, ES EXPLOTACIÓN
Para el ser humano, las caricias y otras formas de contacto físico positivo tienen un valor emocional y psicológico: cuando alguien nos acaricia o se deja acariciar es porque nos acepta, nos valora, nos quiere. Buscamos las caricias porque todos queremos que nos quieran.
El sexo que se intercambia libre y desinteresadamente es una de las muchas posibles maneras de expresar aceptación, cariño y valor.
El sexo que se intercambia por dinero es todo lo contrario: falso, interesado y contrario a la dignidad.